Aguahara: El abrazo del agua
¿Te has sentido desconectada de tu cuerpo, como si solo “aguantaras” el día a día?
Cuando vivimos desconectadas de nuestras sensaciones físicas, nos alejamos de una parte esencial de quienes somos. No es raro compensar esa desconexión con conductas que nos calman momentáneamente, pero a un precio alto: seguimos sin entender qué nos está pasando en realidad.
El cuerpo no olvida. Las heridas emocionales que alguna vez atravesamos pueden quedar grabadas en nuestra memoria corporal. Quizás nunca lo habías relacionado, pero esa tensión constante en tus hombros, el dolor en tu mandíbula o esa sensación de agotamiento pueden ser el lenguaje de tu cuerpo pidiendo ser escuchado.
Cuando ignoramos lo que sentimos o no logramos entenderlo, es común que el cuerpo reaccione: espasmos musculares, dolores crónicos, jaquecas, o incluso problemas más profundos como trastornos autoinmunes. Es como si nuestro cuerpo intentara decirnos algo que hemos pasado por alto.
EL AGUA TE OFRECE UN ESPACIO PARA PODER ESCUCHAR LO QUE TU CUERPO TIENE QUE DECIR
El agua te invita a soltar, fluir y confiar en su abrazo, acompañándote en un proceso de sanación profundo, emocional y transformador.
Recuperar esa conexión no es solo aprender a sentir, sino también a interpretar las señales de tu cuerpo. En esa escucha puedes encontrar el inicio de la sanación: aliviar tensiones, reconocer lo que necesitas y darte el cuidado que realmente mereces.
A menudo, buscamos respuestas en especialistas y tratamientos que se centran solo en lo visible, pero nos olvidamos de lo que el cuerpo está intentando decirnos desde adentro. Sanar no es solo apagar los síntomas; es entender su origen y acompañarlos con respeto y compasión.
¿Cómo es una sesión?
Las sesiones se ofrecen de manera individual, en una piscina caliente y un ambiente íntimo en el que poder disfrutar de esta práctica de forma tranquila, sin ninguna interrupción ni más personas alrededor.
Rubén, el facilitador, te invitará a charlar un rato antes y podrás resolver las dudas que tengas. Con su ayuda y la de unos flotadores que te ayudarán a mantenerte relajado en la superficie, fluirás con el agua y empezarás a disfrutar de los beneficios de esta práctica.
Con esta técnica, nos centraremos en uno de los pilares que nos mantiene y regula día tras día, nuestro cuerpo.
El cuerpo en el centro - El movimiento como catalizador del cambio
¿Te sientes incapaz de escuchar lo que tu cuerpo te dice? Seguramente sea porque tienes la mente muy alerta y sólo cuando ésta se empieza a calmar, vemos lo que realmente está sucediendo..
Si no somos conscientes de lo que nuestro cuerpo necesita, no podemos cuidar de él.
La comunicación entre la mente y el cuerpo es la base de nuestra regulación emocional. El trabajo en el cuerpo a través del Aguahara u otras actividades que atiendan y regulen nuestro cuerpo, nuestro sistema nervioso, es tan importante como el trabajo introspectivo que hacemos en psicoterapia.
"Cuando volvemos a experimentar una reconexión real con las necesidades de nuestro cuerpo, tenemos una capacidad nueva de amar afectuosamente a nuestro yo. Experimentamos una nueva calidad de autenticidad en nuestros cuidados, que redirige nuestra atención hacia nuestra salud, nuestra alimentación, nuestra energía o gestión del estrés [...] Somos capaces de experimentar el placer inmediato e intrínseco de cuidarnos a nosotros mismos."
Stephen Cope
Beneficios
Relajación profunda:
La flotación y los movimientos suaves en el agua ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y las tensiones acumuladas.
Conexión mente-cuerpo:
Permite una mayor conciencia corporal y una integración profunda entre cuerpo, mente y emociones.
Fomento de la confianza y la entrega:
Aprender a confiar en el agua y en el proceso fomenta una sensación de seguridad, tanto interna como externa.
Liberación emocional:
El contacto con el agua puede facilitar la expresión y liberación de emociones reprimidas, promoviendo una sensación de ligereza y bienestar.
Reducción del ruido mental:
El estado meditativo que proporciona el agua ayuda a calmar la mente, disminuyendo pensamientos intrusivos y mejorando el enfoque.
Recuperación física y emocional:
Ideal para personas en procesos de recuperación, ya sea física (lesiones, tensiones) o emocional (estrés, duelo, trauma).
Alivio físico:
Mejora la circulación, reduce dolores musculares, articulares y tensiones corporales gracias al soporte y movimiento fluido del agua.
Estimulación del sistema nervioso y el metabolismo:
El agua cálida y los movimientos rítmicos regulan el sistema nervioso, promoviendo un equilibrio entre activación y relajación.
Sensación de bienestar general:
Saldrás de las sesiones con una sensación de paz, equilibrio y conexión renovada contigo misma y con el entorno.